miércoles, 13 de mayo de 2009

La venganza del Nopucid

Los días de incertidumbre se acabaron. La piba del  horripilantemente sexy flequillo ya puede dormir y soñar. El pibe de las zapatillas meticulosamente percudidas puede hacer a un lado el arma. La vida vuelve a tener sentido: Los piojos no se separan, solo paran durante un año... 
La vida, la existencia en general, eventual y caprichosamente arroja desgracias, castigos y flagelos.  Siempre nuevos, siempre arbitrarios.
En pos de salvaguardar las miles y miles de vidas, las almas de una generación entera, Pocho Roca el manager de Los Piojos, se vio en la obligación de emitir un comunicado destinado a esos pibes, que con los ojos rojos inundados de lágrimas, al tiempo que aprenden a leer, sanan su corazón. Aquí unos fragmentos de los mas lucidos de esta misiva de la paz:

 Queremos informarles que a partir del próximo show del 14 de mayo de 2009 en el Club Ciudad de Buenos Aires, la banda entrará en un parate. Después de veinte años de carrera y constante crecimiento, algunos pesares y muchas grandes alegrías, giras mágicas y esforzados discos, un intenso desgaste nos obliga a parar nuevamente (como en 2005). Este impasse no tiene plazos ni condiciones.

Vale la pena rescatar que pese a lo trágico del momento, Pocho no deja de lado el humor. Los pasajes que hacen referencia al "constante crecimiento" y a los "esforzados discos" son una muestra clara del  exquisito sentido del humor del manager. 

Hoy vivimos de lo que somos. Hoy somos lo que hacemos.
No queremos empezar a hacer "como qué". No queremos "vivir a Los Piojos".

Huelgan las palabras ante tamaña  fusión de poesía y sinceridad...

"Queremos hacer música y arte. Y como alguna vez dijo una canción, "si vos querés estar libre, si querés alto volar, que haya un hachazo en tu ojo, pero una flor en tu ojal".

Saludable y admirable decisión la de este grupo de heroes, que tras 20 años de dedicarse a una actividad deciden cambiar de rumbo abruptamente para dedicarse a la música y el arte. 
En lo tocante a la canción citada, prefiero no manchar con estas impunes palabras a la virtuosisima porción de belleza que el ya Poeta Pocho Roca eligió para acariciarnos el alma. 
Sea lo que dios tenga deparado para nosotros, saludamos aliviados y agradecidos a la indulgente y monocorde voz, deudora de los cantos de tribuna y el barrio profundo de Andrés Ciro y en su nombre al del resto de esa filarmónica de garage: Los Piojos.
 






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